El Messerschmitt Bf 109 prestó servicio a la Luftwaffe durante la Segunda
Guerra Mundial. Su variante E-3, el primer Bf 109 de producción en masa, llegó a estar disponible a finales de 1939. Alcanzaba velocidades de hasta 570 km/h y operó en los cielos de Bélgica y Francia durante las invasiones alemanas. A partir del verano de 1940, los cielos británicos se convirtieron en el principal foco de operaciones aéreas: la Batalla de Inglaterra. El Bf 109 E-3 participó en innumerables y dramáticos combates aéreos con sus homólogos británicos, como el Hurricane y el Spitfire.